Cátedra Libre de Derechos Humanos «Chachi Quintana»_ INTETyP

Aporte del equipo de extensión a la Jornada de lectura.

Profesoras: Mariela Fogar, Raquel Treco, Viridiana Ramírez y Elizabeth Bergallo.

Documentos:

25 de Mayo (clic para bajar).

Correntinazo (clic para bajar).

Cordobazo (clic para bajar).

Alicia Mareau (clic para bajar).


 MAYO, MES DE ACONTECIMIENTOS PARA HACER MEMORIA

 ¿No los veis sobre Méjico y Quito, arrojarse con saña tenaz, y cuan lloran bañados en sangre, Potosí, Cochabamba y La Paz?

¡Oh, Juremos con gloria, morir!”.

(Himno Nacional Argentino.Letra: Vicente López y Planes. Música: Blas Parera)

25 de Mayo de 1810



(Discurso de una profesora de Historia de una escuela publica de Reconquista, provincia de Santa Fe) Locución de la Profesora María Rosa Peña, encargada del discurso central)  

Pueblo de Reconquista:

Llegó el Bicentenario de la Revolución de Mayo.  Desfiles, banderas y fanfarrias. Y vendrán, por supuesto que deben venir, los épicos discursos a acariciar el pensamiento mágico de los argentinos.  Y me resisto a hacer lo mismo.

Así que no me detendré a expulsar al alicaído Virrey, ni a resucitar pregones coloniales. No pintaré nuevamente el Cabildo, ni escribiré libertad con mayúsculas en forma prolija.

Prefiero transitar por los túneles, escuchando otras voces que vienen desde la recova.  Pisar los adoquines de las calles porteñas, y detenerme frente a un criollo cansino que llega con sus bueyes desde el bajo.

No pretendo ser la voz del Cabildo.

Quiero estar cerca del puerto, blanqueando, con las lavanderas, las ropas en el río.

Mayo, en su situación fáctica y puntual del 18 al 25, la famosa Semana de Mayo de los textos escolares, fue una cuestión a resolver por la gente sana y principal del vecindario.  Pero luego, cuando fue necesario difundirel ideario revolucionario, cuando fue menester chocar cuerpo a cuerpo con los realistas, aparece el pueblo, la chusma, el populacho, como decían las crónicas epocales.

Por eso inflexiono acá, para dar palabra a quienes no tuvieron voz, y para rescatar del pasado, la experiencia de las mayorías silenciosas o silenciadas.  Para rendir homenaje a los otros hombres de mayo, a los revolucionarios que no se sentaron en la gran sala, y también construyeron el camino libertario.

Cuando preparaba estas notas, se me presentó aquel aviso de La Gazeta, donde un encumbrado señorito español, de los pocos que quedaban, reclamaba la huída de su esclavo, el pardo Ramón Agüero, describiéndolo como negruzco, joven, retobado y haragán.  Nadie supo del pardo Ramón porque se había alistado en el ejército.  Sí, el esclavo con cadenas, huyó de esa forma hacia la libertad.  Dicen que lo vieron en el éxodo jujeño, empujando carros, ayudando a las cholas con sus llamitas, perros y gallinas. Consolando changos, y presentando gloriosamente batalla en Salta y Tucumán.  Y cayó.  Y quiero pensar que Tafí del Valle lo guarda en sus verdes laderas.

Este Bicentenario es para Usted, pardo Ramón.

Así en esta cuestión que me lleva a traer agitados fantasmas que tuvieron carnaduras como todos nosotros, quiero hablar de las mujeres revolucionarias.

Se sabe, que mujeres malas, existimos siempre.   Por eso, cuando los ejércitos libertadores avanzaron, las deshonestas, las de moral tachada, las innombrables, se sumaron a la soldadesca con sus miserias, con sus delitos, y sus niños a cuestas.  Eran sus hombres los que marchaban.  Y ellas marchaban con ellos.

Fueron a la guerra. Y terminaron siendo las primeras enfermeras de la patria. Rompiendo sus enaguas, para transformarlas en vendas. Asistieron, consolaron y curaron a los soldados heridos. Y se desangraron partidas por la metralla.

Una, la terrible Lucía Montes, fue condecorada por su valentía y su defensa a la patria, con el cargo de Capitana del Ejército del Norte.  Y premiada con una jugosa pensión que nunca cobró.  Murió de frío, loca, pidiendo limosnas en las escalinatas de la Catedral Metropolitana.

Vaya entonces para Lucía Montes, enfermera argentina, capitana del ejército del General Belgrano, este Bicentenario.  Ella, ¿lo escuchan?, ella dice: ¡Presente!

Ni el pardo Ramón Agüero, ni Lucía Montes, participaron del debate del 22 de mayo. Ni sabían nada de la teoría de la Retroversión de la Soberanía.  Jamás habían escuchado hablar del padre Suárez, ni de Rousseau.  Y no leyeron Cartas Persas, porque eran analfabetos.

Pero él y ella marcharon, en su ignorancia, y en su mediocridad, como dirían los dueños de la historia.  A luchar para ser nada más que libres, palabra primera, que vuelve hombres a los esclavos, a los despreciados y a los sumergidos.

Por todo estos compoblanos, nadie crea, en este Bicentenario Revolucionario, que la libertad de nuestro país, donde todos tenemos el derecho a vivir con dignidad, es obra exclusiva y permanente, de vanguardias omniscientes o de elites ilustradas.  El tesón de hombres y mujeres que construyeron el Mayo del año 10 es patrimonio de todos, del esfuerzo compartido, hombro a hombro, durante dos largos y difíciles siglos. 

Y en este recorrido doloroso que empecinadamente transito, para recuperar la otredad de la patria, para que hablen los enmudecidos, y para nombrar los héroes del anonimato, no puedo quedarme en paz, si no digo que, en el aire democrático que respiramos en este Bicentenario, parte del oxígeno viene de otros olvidados, de cruces clavadas en la turba, en el sur, allá en Malvinas.  Y de nuestros Veteranos, ex – combatientes de dientes apretados, a quienes la historia, los gobiernos, les deben las páginas de la gratitud.

La memoria y la historia de la Nación Argentina, se construyen con hechos, procesos, marchas, revoluciones, quiebres y contramarchas, que nos ocurrieron a todos.  Sin magnificar a algunos y olvidar otros.  La memoria es selectiva, y privilegia lo que se insiste, se escucha y se repite.  Lo que se obvia, se sesga, se oculta, se olvida, se convierte en cenizas.

No nos convirtamos en un país de tres hechos gloriosos, ahogado por las cenizas de nuestros propios protagonistas.

Me queda por dejar explícitamente aclarado, que mi reclamo por los olvidados, no significa menoscabar y desvirtuar a los hombres consagrados por la historia oficial.

Nadie puede desprenderse en este día de Mayo, de la prestancia de don Pascual Ruiz Huidobro, el militar de mayor graduación en Buenos Aires, quien se plantó para depositar en el Cabildo, la Soberanía Popular.

Ni olvidar la calidad del voto revolucionario de Juan José Castelli, ni la magnifica locura del plan de operaciones de Moreno. Ni la valentía de Belgrano, que tira su jaqué de abogado y se uniforma, para ir al norte, al Paraguay, o a donde la Patria lo mandase.

Ellos están con nosotros desde siempre.  Y renacen día a día.  En las calles, los paseos, los viejos y los nuevos barrios, y en las arboladas avenidas.  Convivimos, nos envuelven y nos contienen.

El mayor de los respetos con justicia, para nuestros héroes nacionales.

Termino diciendo, que a veces también sueño y futurizo.  A pesar que dicen por ahí, que los profesores de historia, sólo nos regocijamos con los muertos.   Y en el sueño se me presenta la imagen, de que en esta misma plaza, y en este mismo lugar, dentro de 100 años, habrá alguien, que al hablar de los tres siglos de la Patria, pueda decir, sin penas ni olvidos, que el Sol de Mayo, sale para todos.

25 de mayo de 1810 – Un camino hacia la independencia

Fuente: Adaptación para El Historiador, del libro de Felipe Pigna Los Mitos de la Historia Argentina I, Buenos Aires, Editorial Norma, 2004.

Mucho antes de que se iniciara la etapa independentista, Mariano Moreno ya mostraba un particular interés por la situación de los indios y los derechos del hombre. En su tesis doctoral titulada Disertación jurídica sobre el servicio personal de los indios, que escribió en 1801 decía, entre otras cosas: “Desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir unos hombres que no tuvieron otro delito que haber nacido en unas tierras que la naturaleza enriqueció con opulencia y que prefieren dejar sus pueblos que sujetarse a las opresiones y servicios de sus amos, jueces y curas. Se ve continuamente sacarse violentamente a estos infelices de sus hogares y patrias, para venir a ser víctimas de una disimulada inmolación. Se ven precisados a entrar por conductos estrechos y subterráneos cargando sobre sus hombros los alimentos y herramientas necesarias para su labor, a estar encerrados por muchos días, a sacar después los metales que han excavado sobre sus propias espaldas, con notoria infracción de las leyes, que prohíben que aun voluntariamente puedan llevar cargas sobre sus hombros,  padecimientos que, unidos al mal trato que les es consiguiente, ocasionan que de las cuatro partes de indios que salen de la mita, rara vez regresen a sus patrias las tres enteras”[1].

No estaría mal que los llamados liberales argentinos y sus socios históricos en todos los golpes militares, los nacionalistas de derecha, que, por distintos motivos siempre inconfesables, intentan vincular a Moreno con Rivadavia, tuvieran presente este párrafo en el que Moreno describe al futuro padre de la deuda externa, en estos términos: “Sírvase V.S. fijar la vista sobre la conducta de este joven: ya sostiene un estudio abierto, sin ser abogado; ya usurpa el aire de los sabios sin haber frecuentado sus aulas; unas veces aparece de regidor que ha durar pocos momentos: otras veces se presenta como un comerciante acaudalado, y todos estos papeles son triste efecto de la tenacidad con que afecta ser grande en todas las carreras, cuando en ninguna de ellas ha dado hasta ahora el primer paso. No tiene carrera, es notoriamente de ningunas facultades, joven sin ejercicio, sin el menor mérito y de otras cualidades que son públicas en esta ciudad[2].

El protagonismo de Moreno comenzó el 25 de mayo de 1810, al asumir la Secretaría de Guerra y Gobierno de la Primera Junta, cuando dijo en su discurso inaugural: “La variación presente no debe limitarse a suplantar a los funcionarios públicos e imitar su corrupción y su indolencia. Es necesario destruir los abusos de la administración, desplegar una actividad que hasta ahora no se ha conocido, promover el remedio de los males que afligen al Estado, excitar y dirigir el espíritu público, educar al pueblo, destruir o contener a sus enemigos y dar nueva vida a las provincias. Si el gobierno huye el trabajo; si sigue las huellas de sus predecesores, conservando la alianza con la corrupción y el desorden, hará traición a las justas esperanzas del pueblo y llegará a ser indigno de los altos destinos que se han encomendado en sus manos”.

Cornelio Saavedra defensores de sus privilegios y, por lo tanto, favorables al mantenimiento de la situación social anterior, en la que, como decía Moreno, “hay quienes suponen que la revolución se ha hecho para que los hijos del país gocen de los altos empleos de que antes estaban excluidos; como si el país hubiera de ser menos desgraciado por ser hijos suyos los que lo gobiernan mal”.

El 7 de junio[3] fundó el órgano oficial del gobierno revolucionario, La Gaceta de Buenos Aires, donde escribió: “El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con quien miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Para logro de tan justos deseos ha resulto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de Gazeta de Buenos Aires[4].

Como no ignoraba el alarmante porcentaje de analfabetismo de la población, ordenó que se leyera a Rousseau desde los púlpitos de las iglesias, lo que puso un poco nerviosos a algunos sacerdotes contrarrevolucionarios. En el prólogo a la obra (Contrato social) decía: “Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía[5].

[1] Mariano Moreno, Escritos, Buenos Aires, Estrada, 1943.

[2] Mariano Moreno, Escritos, Buenos Aires, Estrada, 1943.

[3] En homenaje a este hecho se estableció el 7 de junio como el Día del Periodista.

[4] La Gaceta incluía en todos sus números la siguiente frase de Tácito: “Tiempos de rara
felicidad, aquellos en los cuales se puede sentir lo que se desea y es lícito decirlo”.

[5] Mariano Moreno, Escritos políticos, Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1915.


—————————————————————————————-

MAYO, MES DE ACONTECIMIENTOS PARA HACER MEMORIA


15 DE MAYO DE 1969, ASESINATO DE JUAN JOSÉ CABRAL,

EN EL CORRENTINAZO

 

El 28 de junio de 1966, la oligarquía arremete nuevamente contra el pueblo organizado. Las Fuerzas Armadas, dan un nuevo golpe, destituyen al presidente democrático Arturo Illia y designan, en su lugar, al general Juan Carlos Onganía. El 27 de julio, la Dirección General de Orden Urbano de la Policía Federal, desaloja cinco facultades de la Universidad de Buenos Aires, ocupadas por las autoridades legítimas (estudiantes, profesores y graduados), que se oponían a la decisión del gobierno de facto de intervenir las universidades y anular el régimen de cogobierno. Por la represión ejercida por la policía, dentro de las instalaciones de la universidad, se la conoce como La Noche de los Bastones Largos”.

Como consecuencia del ataque a las universidades, renuncian más de 1300 profesores e investigadores y a fines de 1966, se exilian 215 científicos y 86 investigadores, lo que provoca una verdadera “fuga de cerebros”, con un altísimo costo para nuestro país, en términos de desarrollo científico y tecnológico y de independencia económica, que el pueblo paga, hasta el día de hoy.

En 1957, con la gestión de Rissieri Frondizi en el rectorado, la Universidad de Buenos Aires, había iniciado una etapa de modernización y desarrollo, con sentido social, que se tradujo en la democratización de la universidad, campañas de alfabetización, fundación de carreras como Psicología y Sociología, fundación del Instituto del Cálculo (que estudió la trayectoria del cometa Halley), creación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de EUDEBA, Editorial Universitaria de Buenos Aires, que llegó a editar 11 millones de libros a bajo precio. Contra ese modelo de universidad, arremetió la dictadura de Onganía.

En 1968, se conforma la CGTA (CGT de los Argentinos), dirigida por Raimundo Ongaro, con una posición claramente antiimperialista y contra la dictadura. Se funda en clara oposición a la CGT oficial, dirigida por Vandor. El proyecto político de la CGT de los Argentinos consistía en construir respuestas de la clase obrera a la reestructuración del modo de acumulación capitalista – y su correspondiente sistema de poder institucional y disciplinamiento social, que se traducía en el país en golpes de estado cívico – militares, gestados por la oligarquía y los sectores más reaccionarios de las fuerzas armadas, entre los cuales, estaba el golpe de Onganía, en junio de 1966.

Entre los dirigentes más destacados de la CGTA, se encuentran, además de Ongaro, Atilio López, Agustín Tosco, Felipe Alberti y René Salamanca.

En 1968, en la Universidad Nacional del Nordeste, Carlos Walker, rector interventor designado por la dictadura ordena la disolución de los centros de estudiantes y anuncia un aumento del 500% en los precios del comedor universitario. Inmediatamente, los estudiantes organizan la protesta. A comienzos de 1969 la Federación Universitaria del Nordeste, en la Federación Universitaria Argentina, con el apoyo de todas las agrupaciones estudiantiles, declara una huelga, en protesta por el cierre del comedor universitario.

Rápidamente se suman los docentes, los estudiantes secundarios, la Iglesia Católica a través del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, la CGT y el pueblo de Corrientes y Resistencia.

La UNNE es ocupada por Gendarmería Nacional durante varios meses, por lo que profesores y estudiantes tienen que dar clases en otros locales.

En Corrientes, la población se solidariza con la lucha de los universitarios, tirando piedras y agua caliente a la policía y abriendo las puertas de sus casas para refugiar a los manifestantes.

En Resistencia, el cura párroco de la Catedral, Uberto Cuberlli, miembro del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, abre las puertas de la iglesia, para que funcionen las ollas populares.

El 15 de mayo, se realiza una marcha hacia Rectorado, convocada por la FUNE (Federación Universitaria del Nordeste), como Coordinadora Estudiantil de Lucha. Por la mañana, comienzan a marchar las columnas de manifestantes, que salen de todos los puntos de la ciudad, hacia el Rectorado. La policía reprime salvajemente a los casi 2000 manifestantes. Los estudiantes se reagrupan en la Plaza Sargento Cabral. Pasado el mediodía, desde un automóvil de la policía, ésta comienza a disparar contra los manifestantes hiriendo a varios y asesinando a Juan José Cabral, estudiante de medicina, nacido en Paso de los Libres.

La resistencia popular hace que el gobernador y el jefe de la policía provincial huyan cobardemente, de la Casa de Gobierno y de la Jefatura de Policía.

El Correntinazo desembocó la resistencia obrero – estudiantil en Rosario, una semana después. Al Rosariazo, le siguió el Cordobazo.

La lucha popular evitó la privatización del comedor universitario, y dos años después, se logró derogar el ingreso restrictivo, en la Facultad de Medicina.

Entre 1966 y 1973 fueron asesinados los militantes de la FUA (Federación Universitaria Argentina), Santiago Pampillón, Juan José Cabral, Adolfo Bello, Luis Norberto Blanco y Silvia Filler.

El Correntinazo fue, sin duda, el principio de la unidad obrero – estudiantil, en las luchas por la liberación nacional. Con él, se inició también el fin de la dictadura de Onganía.

Este 15 de Mayo, siguiendo el ejemplo que nos legara el Presidente Néstor Kirchner, las autoridades de la UNNE retiraron el retrato de del Rector dictador Walker, que se encontraba en la Galería de retratos de Rectores electos democráticamente por los claustros universitarios. 

Documento de la CGT de los Argentinos

«Ya desde hace tiempo en todas las naciones del mundo ha concluido la etapa del liberalismo que aquí se pregona. Las potencias industriales practican un crudo dirigismo económico; en el sistema interno protegiendo su mercado productor e incluso consumidor por vía de las barreras aduaneras y otros dispositivos complementarios; en el aspecto externo creando organismos internacionales supeditados a ellas que imponen la política de la libre penetración y de la libre explotación de los pueblos subdesarrollados por los monopolios que actúan desde las grandes metrópolis. Esta libertad económica impuesta y dirigida desde afuera, especialmente desde las concentraciones monopolistas norteamericanas a la par de favorecer desmesuradamente a las mismas y a su país de origen, provocan en Argentina la agudización de la crisis y la profundización de los efectos recesivos (…).

Simultáneamente el Gobierno pretende tener un consenso tácito de la opinión pública, pero no abre vías de ninguna naturaleza para probar con la expresión del pueblo si ello es cierto o no, mientras justifica tamaño despropósito con la supuestamente perjudicial, de enfrentar a un debate político al país. Con la lógica perseverancia de sus propósitos retrógrados, el Gobierno aprueba la Ley de Defensa Civil que militariza a toda la población a partir de los 14 años de edad, bajo el pretexto de asegurar el frente interno, pero con la finalidad de reprimir toda legitima defensa de los intereses económicos, sociales y políticos de los trabajadores. Más adelante dicta la denominada ley de represión al comunismo, que engloba a todas las personas o instituciones que protesten o lleven adelante una acción para proteger sus derechos. Supera el cuadro represivo macartista dejando al Servicio de Informaciones del Estado la calificación de toda persona que tenga «motivaciones ideológicas comunistas», añadiendo un régimen punitivo que llega hasta los nueve años de prisión. Intervienen las Universidades Nacionales, anula la participación de la juventud estudiosa argentina en la vida de las mismas, proyecta una reglamentación limitacionista y disuelve los Centros de Organización Estudiantiles. Viola el secreto de la correspondencia cual modernos inquisidores celosos de toda opinión adversa a la dogmática oficial. En el ámbito internacional propuso, felizmente rechazada, la institucionalización de la Junta Interamericana de Defensa, cual moderno gendarme de los Pueblos de América Latina que bregan por su emancipación integral, a fin de mantenerlos en el subdesarrollo, en el estancamiento y en la dependencia neocolonial”.

—————————————————————————————-

 

MAYO, MES DE ACONTECIMIENTOS PARA HACER MEMORIA

 

29 de Mayo de 1969

El Cordobazo

El 29 de mayo de 1969, veinte días después del asesinato de Juan José Cabral en el Correntinazo, Córdoba fue escenario de una gran movilización popular que sacudió a la dictadura de Onganía.

Onganía nombró interventor en Córdoba a Carlos Caballero. El 28 de septiembre de 1966, obreros y estudiantes se unen en una protesta, y la policía asesina al estudiante de medicina Santiago Papillon.

La Delegación de la CGT de los Argentinos encabeza la lucha contra la entrega del capital nacional a los monopolios extranjeros y la opresión al pueblo, la supresión de las conquistas laborales y las garantías y libertades individuales y públicas. Entre los militantes más combativos se destacaban Agustín J. Tosco (Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza) y Atilio H. López (veterano luchador peronista, miembro de la Unión Tranviarios Automotor) A ellos se sumaba la fuerza de los obreros mecánicos.

El 14 de mayo de 1969, la policía reprime una asamblea de obreros de la industria automotriz contra la eliminación del sábado inglés. El 16, la UTA, acompañada por Luz y Fuerza, paraliza la ciudad. Ese mismo día, en Corrientes, la policía asesina al estudiante de Medicina, Juan José Cabral y en Rosario, a Adolfo Mario Bello.

El 26, las dos centrales obreras cordobesas adheridas a la CGT de los Argentinos y a la conducción de Azopardo, proclaman un paro activo para el 29. El acatamiento es muy alto. La manifestación es violentamente reprimida; esta vez asesinan a dos trabajadores. La indignación popular crece. El pueblo comienza a construir barricadas y avanza sobre la policía, que se repliega. Ochenta y cinco mil obreros, treinta y cinco mil estudiantes universitarios y quince mil secundarios, junto con amas de casa, comerciantes y profesionales, escriben la historia del Cordobazo, dando treinta mártires a la jornada.

Hechos similares se reproducen en Catamarca, Rosario, Cipolletti y Tucumán, para poner fin a la dictadura.


ESTALLA LA CALDERA. Crónica del 29 de Mayo

(Relato de Agustín Tosco, desde la cárcel de Rawson, junio 1970)

“Los trabajadores metalúrgicos, los trabajadores del transporte y otros gremios declaran paros para los días 15 y 1° de Mayo, en razón de las quitas zonales y el no reconocimiento de la antigüedad por transferencia de empresas, respectivamente. Los obreros mecánicos realizan una Asamblea y a la salida al ser reprimidos, defienden sus derechos en una verdadera batalla campal en el centro de la ciudad el día 14 de Mayo. Los atropellos, la opresión, el desconocimiento de un sin número de derechos, la vergüenza de todos los actos de gobierno, los problemas del estudiantado y de los centros vecinales se suman.

Se paraliza totalmente la ciudad el día 16 de Mayo. Nadie trabaja. Todos protestan. El Gobierno reprime.

En otros lugares del país, estallan conflictos estudiantiles por las privatizaciones de los comedores universitarios.

En Corrientes es asesinado el estudiante Juan José Cabral y ese hecho tiene honda repercusión en toda la población de Córdoba. Se dispone el cierre de la Universidad. Todas las agrupaciones estudiantiles protestan y preparan actos y manifestaciones. Se trabaja de común acuerdo con la CGT.

El día 18, es asesinado en Rosario el estudiante Adolfo Ramón Bello. Realizamos con los estudiantes y los Sacerdotes del Tercer Mundo una marcha de silencio en homenaje a los caídos.

El día 20 de Mayo, fui detenido e incomunicado en el Departamento de Policía «en averiguación de antecedentes». Recupero la libertad al día siguiente.

El día 21, se concreta un paro general de estudiantes. Una serie de comunicados del movimiento obrero lo apoyan. En Rosario cae una víctima más. El estudiante y aprendiz de metalúrgico Norberto Blanco, es asesinado en Rosario. Se instalan Consejos de Guerra.

El día 22 de Mayo, los estudiantes de la Universidad Católica se declaran en estado de asamblea y son apoyados por el resto del movimiento estudiantil.

El día 23 de Mayo, es ocupado el Barrio Clínicas por los Estudiantes. Es gravemente herido el estudiante Héctor Crusta de un balazo por la Policía. Se producen fogatas y choques. La Policía es contundente, y los choques se hacen cada vez más graves.

El día 25 de Mayo, hablo en la Universidad Católica de Córdoba y hago una severa crítica y condena a los sangrientos atropellos de la Policía y de los arbitrarios procedimientos del Consejo de Guerra en Rosario.

El día 26 de Mayo, el movimiento obrero de Córdoba, por medio de los dos plenarios realizados, resuelve un paro general de actividades de 37 horas a partir de las 11 horas del 29 de Mayo y con abandono de trabajo y concentraciones públicas de protesta. Los estudiantes adhieren en todo a las resoluciones de ambas CGT.
Todo se prepara para el gran paro. La indignación es pública, notoria y elocuente en todos los estratos de ]a población.

No hay espontaneísmo. Ni improvisación. Ni grupos extraños a las resoluciones adoptadas. Los Sindicatos organizan y los estudiantes también. Se fijan los lugares de concentración. Como se realizaran las marchas. La gran concentración se llevara adelante, frente al local de la CGT en la calle Vélez Sársfieid 137.

Millares y millares de volantes reclamando la vigencia de los derechos conculcados inundan la ciudad en los días previos. Se suceden las Asambleas de los Sindicatos y de los Estudiantes que apoyan el paro y la protesta.

El día 29 de Mayo amanece tenso. Algunos sindicatos comienzan a abandonar las fábricas antes de las 11 horas. A esa hora el Gobierno dispone que el transporte abandone el casco céntrico. Los trabajadores de Luz y Fuerza de la Administración Central, pretenden organizar un acto a la altura de Rioja y General Paz y son atacados con bombas de gases. Es una vez más la represión en marcha. La represión indiscriminada. La prohibición violenta del derecho de reunión, de expresión, de protesta.

Mientras tanto, las columnas de los trabajadores de las fábricas de la industria automotriz van llegando a la ciudad. Son todas atacadas y se intenta dispersarlas.

El comercio cierra sus puertas y las calles se van llenando de gente. Corre la noticia de la muerte de un compañero, era Máximo Mena del Sindicato de Mecánicos. Se produce el estallido popular, la rebeldía contra tantas injusticias, contra los asesinatos, contra los atropellos. La policía retrocede. Nadie controla la situación. Es el Pueblo. Son las bases sindicales y estudiantiles, que luchan enardecidas. Todos ayudan. El apoyo total de toda la población se da tanto en el centro como en los barrios.

Es la toma de conciencia de todos evidenciándose en las calles contra tantas prohibiciones que se plantearon. Nada de tutelas, ni de los usurpadores del poder, ni de los cómplices participacionistas. El saldo de la batalla de Córdoba -El Cordobazo- es trágico. Decenas de muertos, cientos de heridos. Pero la dignidad y el coraje de un Pueblo florecen y marcan una página en la historia argentina y latinoamericana que no se borrará jamás.

En las fogatas callejeras arde el entreguismo, con la luz, el calor y la fuerza del trabajo y de la juventud, de jóvenes y viejos, de hombres y mujeres. Ese fuego que es del espíritu, de los principios, de las grandes aspiraciones populares ya no se apagará jamás.

En medio de esa lucha por la justicia, la libertad y el imperio de la voluntad soberana del pueblo, partimos esposados a bordo de un avión con las injustas condenas sobre nuestras espaldas. Anos de prisión que se convierten en poco menos de siete meses, por la continuidad de esa acción que libró nuestro pueblo, especialmente Córdoba, y que nos rescata de las lejanas cárceles del sur, para que todos juntos, trabajadores, estudiantes, hombres de todas las ideologías, de todas las religiones, con nuestras diferencias lógicas, sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su Compañero y su Hermano.


A 33 años de la muerte de AGUSTÍN TOSCO, “el Gringo”

(Por Rafael Alberti, dirigente de la CGTA)

El 5 de noviembre de 1975 muere Agustín Tosco. Una multitud despide sus restos en el ex Redes Cordobesas. El enemigo ametralla el cortejo en el cementerio de San Gerónimo. “Tosco somos todos”grita uno de sus compañeros de Luz y Fuerza. La sentencia vuelve a escucharse entre las paredes de su querido sindicato, cuando la “vieja guardia tosquista” recupera la conducción, en 1987.

Tosco nació en 1930 en Moldes (Córdoba). Desde chico trabajó en el campo con sus padres. Después de cursar la escuela primaria, se trasladó a la ciudad donde ingresó como interno en una escuela de Artes y Oficios. En su casa con piso de tierra y sin luz eléctrica, se construyó una biblioteca donde se podían leer los libros de José Ingenieros “(…) que aunque positivista enseñaba cosas”. Siendo presidente del Centro de Estudiantes de la escuela “Presidente Roca”, se niega a recibir el diploma, para denunciar públicamente “un sistema educativo autoritario y represivo”.

Al cumplir los 18, se incorpora al sindicato Luz y Fuerza como ayudante electricista. Él mismo dirá, más tarde que “Por aquella época ya había tomado conciencia de los conflictos sociales y había decidido tomar partido por mi clase”. A los 19, lo eligen subdelegado y a los 20, delegado. Más tarde asume la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores de Luz y Fuerza, seccional Córdoba y la dirigencia de la CGT, regional Córdoba.

En 1955, lo proscriben y Tosco participa de la creación de las comisiones de lucha, primeros esbozos de la resistencia ante el poder de la Revolución Libertadora. Formó parte de las 62 organizaciónes, pero mantuvo una posición no partidista, lo que fue alejándolo paulatinamente del contexto sindical justicialista. En 1968, aparece nuevamente acompañando al peronista disidente Raimundo Ongaro en la dirección de la CGT de los Argentinos.

Las diversas experiencias gremiales que transitaron los trabajadores argentinos, convergen el 29 de Mayo de 1969 en el Cordobazo, del que Tosco es uno de los principales protagonistas.

Un año más tarde, la policía allana Luz y Fuerza y se ordena la captura de Tosco y de René Salamanca (Secretario General de SMATA). Tosco emprende el camino del exilio interno, pasando a la clandestinidad.

El 22 de noviembre de 1974, el gobierno de Isabel Martínez de Perón, lo deja cesante en la Empresa Provincial de Energía. El 5 de noviembre del año siguiente, mientras una orden de captura llevaba su nombre, El Gringo muere de una enfermedad infecciosa.

La virtud principal de Tosco fue aglutinar las fragmentadas experiencias gremiales enfrentadas a la conducción peronista de la CGT. “(…) fueron muchos años de lucha (…) El Gringo era un hombre entregado a su causa, la causa de los trabajadores en función de la liberación del país, para él no había peligros, horarios, no aceptaba que el sindicato pagara horas extras disfrazadas (…) Tosco fue uno de esos dirigentes privilegiados, con perseverancia y de una envidiable claridad conceptual para interpretar la realidad (…) Desde aquel ´59 en que conocí a Tosco, en los primeros años, me dedicó mucho tiempo con charlas, discutíamos porque en mis orígenes era demócrata. Fue una persona de verdad en todo el sentido de la palabra, te permitía afrontar tus desviaciones ideológicas con nuevos elementos y avanzar en la lucha por una sociedad sin injusticias (…) Con Tosco siempre discutíamos la salida y ane cualquier problema que se planteaba en la lucha gremial, trazábamos una estrategia. Siempre se analizaban todos los pasos: los que íbamos a dar y aquellos que debían evitarse. Tosco tenía el mérito de hacer trabajar a todos en equipo. Ya sea cinco o diez tipos, como fue en aquella situación que nos tocó vivir en la resistencia y teníamos la generosa contribución voluntaria de nuestros afiliados, que mensualmente aportaban 350000 y 500000 pesos de los viejos para que siguiéramos luchando”.

—————————————————————————————-

MAYO, MES DE ACONTECIMIENTOS PARA HACER MEMORIA

 

ALICIA MOREAU DE JUSTO

Fuente Consultada: Biografía basada en la de la Revista Todo es Historia Biografía a cargo de Ana Carolina López

El 12 de mayo de 1986, a la edad de 101 años murió en Buenos Aires, Alicia Moreau de Justo. Médica, dirigente del Partido Socialista, militante en las luchas feministas de principio de siglo XX, directora de la revista Humanidad Nueva y del periódico La Vanguardia, Fundadora del Ateneo Popular, el Centro Socialista Feminista, la Unión Gremial Femenina y la Unión Feminista Nacional.

Fue profesora en la Universidad Nacional de La Plata y autora de “Evolución y educación”, “La emancipación civil de la mujer”, “El Socialismo según la definición de Juan B. Justo”, “La mujer y la democracia”, entre otras obras. En 1932, elaboró un proyecto que quince años después se constituyó en uno de los pilares de la Ley de Sufragio Femenino, sancionada por el Presidente Juan Domingo Perón en 1947.

Ni bien recuperada la democracia (1983), participó de la creación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), que – junto con otros organismos de Derechos Humanos, tuvo un papel relevante, en las luchas por el Juicio y Castigo a los genocidas, de la última dictadura cívico – militar en la Argentina, durante toda la década.

Como parte del proyecto de la oligarquía argentina, hacia mitad del siglo XIX, el gobierno, lanzó una campaña inmigratoria, por la cual migraron a nuestro país miles de trabajadores provenientes de Europa. Entre los migrantes, estaba Armand Moreau, padre de Alicia Moreau, quien se exilió en Londres, tras ser expulsado de Francia por su participación en la Comuna de París (1871). Hacia 1890, llegó a la Argentina, con su familia y se radicó en el barrio de Floresta.

En 1896, con un amigo encuadernador, Armand instaló en la calle, una librería. El negocio familiar, le permitió a Alicia acceder tempranamente a diversos tipos de publicaciones. Pero el negocio duró poco, pues todos  los fines de semana, Armand iba al Hospital Francés, a llevar libros – que nunca recuperó – a los enfermos.

En esa década, se produjo un progresivo crecimiento urbano y una transformación cultural, producido en parte por el impacto de las ideas que divulgaban los migrantes anarquistas y socialistas, entre la población urbana. Estas ideas, gravitaron de tal modo en la vida cultural y política de la Argentina, que se convirtieron en ideas germinales de la conformación del sindicalismo del país y, posteriormente, de la constitución de los dos partidos políticos de masas: el radicalismo y el peronismo.

En 1896 se fundó el Partido Socialista, con el que simpatizó Armand Moreau, quien educó a sus tres hijos, con estas ideas. Años más tarde, Alicia inició su militancia.

En 1901, Alicia ingresó en la Escuela Normal N° 1 para cursar estudios de maestra. Siendo estudiante, participó de actividades vinculadas con la expansión de la educación. Fue alumna de Hipólito Yrigoyen, caudillo de la Unión Cívica Radical, más tarde presidente de la Nación, con quien mantuvo frecuentes debates.

En 1902, las hermanas Chertkoff, fundadoras del Centro Socialista Femenino (organización dependiente del partido Socialista), comenzó a reclamar la instauración del sufragio femenino. Alicia acompañaba a Fenia Chertkoff (cuñada de Juan B. Justo, líder del Partido Socialista), en la promoción de los jardines maternales, la fundación de bibliotecas populares y en la Asociación Pro Educación Laica, que se organizó en Morón, en 1903.

En 1906, participó del Primer Congreso Internacional de Librepensamiento en la ciudad de Buenos Aires, donde presentó su trabajo “Educación y Revolución”.

En 1907, fue convocada por un influyente miembro del partido socialista, a participar de los cursos de la Sociedad Luz de Barracas, que contaba con una biblioteca y se ocupaba de “difundir en el pueblo las nociones y los métodos de la ciencia y educarlo en la expresión hablada, escrita y artística, así como perfeccionar la educación técnica”. Alicia se incorporó activamente, sobre todo en la difusión de la higiene y la prevención sanitaria, temas tabú para la época, sobre todo, en boca de una mujer.

En el mismo año, siguiendo los pasos de Cecilia Grierson – primera mujer médica del país -, Alicia ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Apoyó la gran “huelga de los inquilinos”, de ese año, contra el alto precio que se pagaba por el alquiler en los conventillos. Apoyó también activamente, los reclamos populares por el precio del pan y de la carne. Impulsó la “Marcha de las escobas”, multitudinaria procesión de amas de casa, de los barrios pobres de la ciudad de Buenos Aires, en defensa de sus derechos. Mientras tanto, preocupada por la educación, publicó varios artículos sobre el tema.

Una de sus preocupaciones fue el acceso de las mujeres al sufragio libre. El camino recorrido por Alicia, en busca de la concreción de ese derecho, se expresa en este texto: “En 1931 hubo un proyecto de Mario Bravo, aprobado por la Cámara de Diputados, después de la acción de una comisión intersindical. En la sanción de esa ley estuvieron juntos radicales, socialistas y demócrata progresistas, de manera que salió muy bien auspiciada. Nosotras, las mujeres socialistas, nos habíamos agrupado y presentábamos peticiones y organizábamos actos y conferencias. Veíamos el gran interés de las mujeres. Pero llega la media ley al Senado y allí, donde predomina el conservadorismo, fue boicoteada y enviada a una carpeta. Alfredo Palacios reprodujo el proyecto tiempo después, y también fue a parar al mismo sitio. De manera que nosotras, que podríamos haber tenido el voto como primer país en América Latina, tuvimos que ver a las uruguayas conquistarlo en el año 1936, a pesar de no haber tenido un movimiento feminista tan activo como el nuestro.

Con esto, los conservadores creyeron que mantenían a la mujer en la casa, que no fuera a desbarrancarse por otros lados. Estaban equivocados. Todo eso estaba en el ambiente, y había muchos grupos formados y mucha agitación. El voto femenino no se materializó hasta que el peronismo comprendió todo el valor político que podía tener esa tuerza y un senador presentó el proyecto. Como tenían mayoría fue aprobado. Por otro lado ¿quién se iba a oponer?

(…) El voto femenino implica mayores responsabilidades cívicas. Las mujeres no podrán lavarse las manos ydecir yo no voté, yo no sé nada. El país se va a la ruina y yo no tengo nada que ver”.

En 1914, Alicia Moreau se recibió de médica con diploma de honor. El tema de tesis de la carrera se denominó “La función endocrina del ovario”. Realizó la residencia en el Hospital de Clínicas, donde se interiorizó de la realidad sanitaria de las mujeres. Al año siguiente comenzó a desarrollar el ejercicio liberal de la profesión como ginecóloga. Pero la actividad de médica, no impidió que siguiera desarrollando acciones educativas, entre las que se destacan la divulgación del método educativo, elaborado por la italiana María Montessori, (que ponía en cuestión el autoritarismo y la falta de conocimiento de los niños, en la educación oficial en Italia).

En 1919, invitada a participar de un Congreso médico en EEUU, cruzó la cordillera de los Andes a lomo de mula, para embarcarse desde Santiago de Chile, ya que no conseguía pasaje en Buenos Aires. En ese viaje, representó a las trabajadoras argentinas, en el Congreso Internacional de Obreras de Washington. A su regreso, comenzó a dirigir la publicación, “Nuestra Causa”, que funcionó como órgano de difusión de las ideas de la Unión Feminista Nacional.

En 1920, se afilió al Partido Socialista, en el que militó hasta su muerte. Cuatro años más tarde se casó con el líder del partido, Juan Bautista Justo, con quien tuvo tres hijos.

Como miembro del partido, sufrió persecuciones y atentados en las dictaduras. Nunca abandonó su militancia social, ni siquiera en momentos de profundas crisis partidarias. A pesar de su declarada oposición al peronismo, con la recuperación de la democracia, apoyó la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, en la búsqueda de sus hijos “desaparecidos”. En 1984, a un año de recuperada la democracia, fue elegida Mujer del Año, y la Universidad de Buenos Aires la premió como Médica del Siglo.

—————————————————————————————-

1 comentario en «Cátedra Libre de Derechos Humanos «Chachi Quintana»_ INTETyP»

Deja un comentario